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El sermón misional. Lectio divina: Mt 9, 35-11, 1

02 Jul

fe

Hemos visto a Jesús proclamando el evangelio del reino y liberando a la gente de sus innumerables esclavitudes. Jesús se ha entregado a esta tarea porque el Padre le ha enviado como Hijo partícipe de su propia vida, ungido por el Espíritu Santo. Jesús evangeliza por obediencia al Padre, pero también por imperativo de su propio amor hacia los hombres. Jesús quiere llegar a todos. Para cumplir este deseo escoge apóstoles, les comunica su poder y los envía a la misión con una serie de instrucciones.

1.- Jesús ama a la multitud

Mateo resume en un versículo toda la actividad de Jesús desde el capítulo cinco. Jesús sería un itinerante que enseñaba la buena noticia del reino y curaba toda clase de dolencias (Mt 9, 33). Ahora, se detiene a mirar, a tomar conciencia de la realidad de la gente. Ve demasiada desorientación y excesivo sufrimiento: andaban maltrechos y prostrados, como ovejas sin pastor, Mt 9, 36. Vista y reconocida la situación de la multitud, Jesús se conmovió por ellos. Jesús vive abierto a la verdad y se deja afectar por ella. Estos son los dos primeros pasos del amor: la mente percibe la verdad y el corazón se emociona. Jesús, después de ver y emocionarse, actúa en consecuencia. Ya hemos visto en el sumario que se dedicó a enseñar y curar…

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Publicado por en 2 de julio de 2015 en Biblia, Lectio Divina, Recursos

 

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